"Mauricio, hay mucho lío con la vicepresidencia y no quiero ser una carga. No te preocupes. Lo que no me gustaría es enterarme por los medios". Al término de una reunión de gabinete, Mauricio Macri invitó a Gabriela Michetti a su despacho. Quería charlar con ella sobre su último viaje. Y la vicepresidenta creyó que con esa frase le quitaría al líder del PRO un peso de encima, en medio de la disputa que tenía con el radicalismo (y aún tiene) por la apertura de la fórmula de Cambiemos. La charla tuvo lugar hace un par de meses. Michetti no perdió nunca el contacto con Macri, pero desde hace tiempo está fuera de la toma de decisiones.
El Presidente le asignó el rol sin cargo de “embajadora itinerante". Le pidió que vaya a los países a los que —por agenda— él no puede concurrir (pero planea visitar más adelante) para sondear posibles inversiones. Ella está abocada a fortalecer la “institucionalidad” de la vicepresidencia pero se desdibujó bastante su posición interna, la que alguna vez supo tener, como mediadora entre referentes oficialistas y la cúpula de la Rosada.
Conserva su buena relación con Elisa Carrió, Ernesto Sanz, Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto. Pero para resolver asuntos con ellos, Macri elige otros interlocutores, como Rogelio Frigerio y Marcos Peña. Por ahora, Michetti tampoco es tenida en cuenta para encabezar las listas de Cambiemos en octubre de 2019.
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El presidente preserva su vínculo. No la quiere fuera del espacio y por eso la recibe, cada dos semanas, para charlar. En los últimos meses, Michetti estuvo en Brasil, Dinamarca, Finlandia, Malasia, Indonesia, entre otros destinos. También, trabaja desde el Senado la agenda de discapacidad, con varias actividades y programas.
La semana pasada estuvo en Nueva York en una feria internacional de diseño con el programa de artesanos que promueve desde el Senado, y ahora organiza los preparativos para la cumbre mundial de discapacidad que tendrá lugar en Tecnópolis del 6 al 8 de junio. La coordina con la primera dama de Brasil, Michele Bolsonaro, con quien ya trabó una relación y con quien estuvo hace poco.
Dedica una vez por semana para viajar al interior y mantener el vínculo con la gente. Pero su rol de poder quedó desdibujado a medida que la crisis económica, institucional y política del Gobierno fue en aumento. Con Macri tuvo siempre una relación de amistad pero el vínculo no quedó igual desde que ella lo “desafió” con la interna a Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad. En el PRO nunca olvidaron ese "desaire" a su líder, algo que muestra que, pese a ser un "partido nuevo", el PRO tiene similitudes con el verticalismo de las viejas estructuras.
En algún momento, la causa por dinero robado de su casa, que era para la Fundación Suma, que ella lidera, la tuvo a mal traer. Pero quedó libre de culpa y cargo. El que quedó complicado fue uno de sus custodios.
Ahora, además de su trabajo, sigue priorizando el vínculo con su hijo, Lautaro, y se ocupa más de lo habitual de sus padres, que están aquejados por problemas de salud. Cada vez que puede viaja a su Laprida natal a visitarlos. Seguramente, pasará con ellos su cumpleaños, que es en seis días.
ES/MC